Rioja, la tierra del vino

Decima parte


Las variedades de vid en La Rioja
La amplia experiencia de viticultores, cosecheros y elaboradores ha permitido realizar una selección natural de aquellas variedades de uvas que han ido demostrando sus mejores cualidades de adaptación al clima y el suelo de La Rioja aunque, el impulso innovador del sector, ha significado la autorización por el Consejo Regulador de nuevas variedades desde 2007.
Las variedades autorizadas actualmente por el Reglamento de la DOca Rioja son las siguientes:


TINTAS: tempranillo, garnacha tinta, mazuelo, graciano y maturana tinta
Las características más sobresalientes de algunas de ellas son las siguientes:
Tempranillo: Una de las grandes variedades nobles del mundo, muy versátil y con gran capacidad para producir vinos de largo envejecimiento, con buen equilibrio en grado alcohólico, color y acidez. Su paladar es muy suave y afrutado, evolucionando a aterciopelado cuando envejece. Es una uva temprana con un ciclo corto de maduración.
Garnacha tinta: uva rica en extracto y con buena graduación alcohólica, complementa al tempranillo por su cuerpo y notas aromáticas, siendo la variedad de origen español que más superficie ocupa en el mundo.
Graciano: ofrece unos vinos con alta acidez y contenido en polifenoles, lo que la hace ideal para crianza y con un aroma muy superior al del resto de variedades de Rioja, siendo de maduración tardía.


 BLANCAS: viura, malvasía, garnacha blanca, chardonnay, sauvignon blanc, verdejo, maturana blanca, tempranillo blanco y turruntés.
Las características más sobresalientes de algunas de ellas son las siguientes:
Viura: su elevado grado de acidez la hace ideal para elaborar blancos jóvenes y de crianza, especialmente mediante la fermentación en barrica del mosto con sus lías, ofreciendo vinos afrutados y con buenos aromas florales.
Maturana blanca: variedad más antigua en Rioja y ya citada en 1622. Presenta una alta acidez, con vinos de color amarillo verdoso, aromas afrutados a plátano, manzana, con notas herbáceas y buena persistencia en boca.
Tempranillo blanco: no existe en ningún lugar del mundo salvo en Rioja. De color amarillo verdoso, tiene una elevada acidez, con gran concentración de aromas afrutados y florales, con intensidad a plátano, cítricos y frutas tropicales.
Sauvignon blanc: de origen francés, es muy fina y de color amarillo verdoso. Tiene una gran potencia aromática y produce vinos elegantes, secos y ácidos.

Chardonnay: al igual que su equivalente en los tintos -cabernet sauvignon-, es la variedad más conocida en el mundo. Oriunda de Borgoña, produce vinos elegantes y de gran finura, con gran intensidad aromática, siendo una de las variedades más idóneas para el envejecimiento por su escaso nivel de oxidación y su extracto seco.
Verdejo: autóctona de la DO Rueda, es la variedad blanca que presenta mayor potencialidad y desarrollo. Con aromas a hierbas de monte bajo, toques afrutados y excelente acidez, su característico toque de amargor nos da en boca una sensación única y exclusiva acompañada de una gran expresión frutal.