10 de Junio 2013

Los vinos del Nuevo Mundo

Primera parte

Un gran número de aficionados al vino conocen, sin duda, el significado de los vinos del Nuevo Mundo, expresión acuñada hace algunas décadas aunque el término Nuevo Mundo tiene su origen en el descubrimiento de las Américas. Sin embargo, hay otro buen número de aficionados y personas que disfrutan del vino que no conocen con precisión su origen, concepto, países que lo constituyen, características, zonas de producción, etcétera.
A estos últimos, de manera particular, y a todos los aficionados y “curiosos” en general, van destinadas estas líneas que no tienen más pretensión que la que ha quedado expuesta.
Los vinos denominados del “Nuevo Mundo” son elaborados en los países cuyo origen vitivinícola tiene su origen en la llegada de inmigrantes europeos: Estados Unidos con sus vinos californianos principalmente, Australia, Canadá, Nueva Zelanda, México, Chile, Argentina, Uruguay y Sudáfrica.
La expresión “Nuevo Mundo” íntegra regiones  vinícolas tan alejadas y distintas como Napa y Sonoma en California (EE.UU), Gudalupe en México, Mendoza en Argentina, etcétera.
Nuevo Mundo es uno de los nombres que dieron los europeos en general, y los españoles en particular, a América a raíz de su descubrimiento para la civilización occidental. El continente era nuevo en comparación con el Viejo Mundo que ya conocían: Europa, Asia y África. La denominación de Nuevo Mundo está en uso desde el siglo XVI, no sólo en su sentido geográfico e histórico sino también, como ya se ha dicho, en la producción de vinos.
Los vinos del “Viejo Mundo” provienen de países europeos clásicos, básicamente Francia, Italia, España, Alemania y Portugal. Las lluvias, la topografía y los suelos hacen que la tierra y sus minerales tengan gran importancia en su elaboración. Suelen llevar el nombre del lugar del viñedo en lugar del nombre del varietal de la uva.
En efecto, en Europa (Viejo Mundo) está elaborándose vino desde hace dos milenios, mientras que en el Nuevo Mundo su producción y elaboración apenas alcanza los 500 años. Los vinos del Nuevo Mundo tienen en común frente a los del Viejo una regulación más laxa, sin la superestructura de la PAC en la Unión Europea (UE). Lo cierto es que el Nuevo Mundo es una entidad productora cuya realidad legislativa, espíritu y estilo son muy diferentes de los del Viejo Mundo.

La colonización vitícola en el Nuevo Mundo se inicio por España en el siglo XVI y se desarrolló hasta 1810 bajo dominio hispano, antes de las emancipaciones. La primera plantación en las Américas, en Nueva España (México), se hizo por Hernán Cortes, quien decretó que todos los novohispanos debían plantar cepas para abastecer las necesidades del sacrificio de la misa, con aquel brindis tan hermoso que decía…..y dice: “haced esto en conmemoración mía”.
Se produjo un auge con los procesos de independencia de las nuevas repúblicas de la América hispana aunque el verdadero impulso y despegue vinícola nace después de la Segunda Guerra Mundial, momento a partir del cual se comienza la producción de vinos de gran calidad que hoy llegan y son consumidos en todo el mundo.
Argentina y Chile son la punta de lanza de los países productores vitivinícolas en América meridional, principalmente en sus regiones montañosas y en las zonas de la pre-cordillera de los Andes. Ello es debido, en buena parte, al clima privilegiado que poseen sus viñedos.
En la región argentina de Mendoza se encuentran viñedos de numerosas variedades de uva, rutas turísticas con degustaciones de vinos que cuentan con hoteles y restaurantes de cierta categoría, así como estupendas manifestaciones de uvas como la Malbec en las comarcas de Cuyo donde se sitúa su verdadero hábitat.
Otro claro ejemplo en las buenas elaboraciones lo encontramos en Chile. Además de ser la variedad chilena más conocida que sin serlo (Carménère), pues su origen se encuentra en la región del Médoc (Burdeos-Francia), destacan otras variedades foráneas perfectamente aclimatadas como Merlot, Sauvignon, Syrah, etcétera, que son objeto de exportación a todo el mundo desde zonas vitivinícolas como Valle del Maipo, Maule o Colchagua.