29 de Octubre 2014

El proyecto “Uvas Nómadas”, hecho realidad, llega a los micromecenas

 

Magia, luna, Esgo, Hugo, Kefir, Nonaconcha, dmores, Decantalo, Ángeles, Acuarela, Fuen&Ruben, estrellafugaz, Alperujo, Roldan, Natalia, Marisa, Govi, gtrecu, mfrmdf, Granada, romera 77, Templanza, Andrés, Pupete, Clasico, Curro, DarioMateo, Mante o Perucho, son solo algunos de los nombres y los términos que los propios mecenas han elegido y que, de alguna manera, les representa y se sienten identificados con ella. Aparecen en la etiqueta del nuevo vino elaborado por Bodegas De Frutos Marín, su primer “Uvas Nómadas”, un vino que ha surgido gracias a la puesta en marcha de un proyecto de viticultura itinerante que elabora vino a través de micro-mecenazgo.
Rubén Salamanca y Elisa de Frutos han sido pioneros en el micro-mecenazgo dentro del mundo del vino. Su aventura comenzó la pasada primavera cuando estos jóvenes viticultores y elaboradores de vino del municipio segoviano de Cuéllar pusieron en marcha su idea de elaborar vinos con las distintas y fantásticas variedades de uva que existen en la península. Hasta entonces, en su bodega Vinos Malaparte, situada en la carretera de El Henar, en Cuéllar, elaboraban vinos con la variedad tempranillo y su propuesta era elaborar con muchas otras variedades.
Al proyecto le dieron el nombre de“Uvas Nómadas” y lo pusieron en marcha a través de una plataforma de “crowdfunding” o micro-mecenazgo, denominada Verkami, iniciativa que por entonces comenzaba a ser conocida y con la que podían financiar los 6.700 euros que estimaban necesarios para hacer frente al proyecto. Durante 40 días ofrecían distintas recompensas en forma de vino y visitas a su bodega, para aquellos que pusieran su granito de arena y aportaran dinero para su proyecto. Mientras tanto, comenzaron los preparativos, las decisiones, los trabajos.......
El 20 de abril de 2013 finalizaba el plazo para el micro-mecenazgo, cuando 134 mecenas habían decidido mostrar su apoyo a Rubén, Elisa y su proyecto, consiguiendo recaudar un total de 7.020 euros, algo más de lo necesario. Era el momento de comenzar el trabajo de campo. Se optó por trabajar con la variedad garnacha de Ávila, y se visitó la localidad de Cebreros, donde se escogió el viñedo. Después de la vendimia y todo el proceso de vinificación, llegó el embotellado y el etiquetado, recibiendo hace tan solo unos días todos los mecenas su primer “Uvas Nómadas” en sus domicilios. Pero el camino tampoco ha sido fácil.La entrega del vino se ha dilatado más de lo previsto por retrasos en la vendimia y debido a la fermentación maloláctica que, segúnmanifestaba Rubén al Norte de Castilla,“no se terminaba de hacer”.
El vino se ha entregado a los mecenas con cinco meses de retraso debido a que la fermentación maloláctica no arrancó casi hasta inicios del verano. Se han elaborado 1.353 botellas de 750 mililitros con uva 100% garnacha centenaria procedente de Cebreros, de terrenos graníticos muy pobres, clarificándose con clara de huevo pasteurizada para darles la última limpieza. Después de pasar seis meses en barricas de roble de 300 litros, se embotelló el 27 de agosto de 2014, con 15,5% de volumen.
El resultado final, según Rubén Salamanca, sí que difiere un poco a los vinos actuales que se están haciendo en la zona de Cebreros. «Por ejemplo, el nuestro tiene un color bastante más intenso. Aunque apenas se ha tocado o se ha manipulado, a lo mejor la contaminación de levaduras que podemos tener aquí de las autóctonas con respecto a las que venían de Cebreros ha hecho que de la uva se extraiga un poco más el color».
El resultado se traduce en un vino fresco, con buena potencia en boca, lo que va a hacer que sea bueno para acompañar guisos o asados. Para Rubén Salamanca, la barrica le da tanicidad en boca, lo que va a hacer que en botella aguante más tiempo.
Fuente: El Norte de Castilla