17 de Septiembre 2014

La recepción de la cosecha de uva

 

Después de la vendimia,expuesta en los dos artículos anteriores de fechas 3 y 10 de septiembre, llega la recepción de la cosecha que comprende la selección de la uva y su control, el estado sanitario de la misma, el pesado y el vaciado o descarga de la uva. La recepción en sí misma tiene la función de recibir los racimos tal y como han sido recolectados y transportados, comprobando y seleccionando la variabilidad de los frutos para segmentar las diferentes calidades y, en su caso, posibles riesgos de contaminación de un lote a otro.
También se realiza la selección de las uvas de manera manual en las propias mesas de selección, ya sea antes del transporte, en el mismo viñedo o en la bodega. De esta forma se procede al control del estado sanitario del fruto, pudiendo eliminarse las hojas, las uvas cosechadas sin la adecuada maduración y las que pudieran estar afectadas por moho u hongos.
Esta selección resulta especialmente importante en la elaboración del vino tinto para evitar los efectos indeseables durante los procesos de estrujado y fermentación. Con respecto al pesado de la uva, un método muy común y rápido suele hacerse pesando el vehículo-contenedor que transporta la cosecha antes y después de efectuar la descarga, calculando fácilmente el peso de la uva por la diferencia.
Cuando lLa recepción de la cosecha de uva se efectúa por medios mecanizados, se puede prescindir de la clasificación manual, trasladándose la cosecha directamente a la bodega en remolques, vagonetas, cubas o cajas. En las producciones en masa efectuadas en las grandes explotaciones vitícolas, las uvas se transportan en remolques de alta capacidad, mientras que las cosechas de superior calidad y cuidado del fruto, el transporte hasta la bodega se efectúa en cajas pequeñas que se descargan a mano y se vacían manualmente sin volcado en la tolva de recepción.
Siempre que sea posible hay que optar por contenedores que sean pequeños y no llenarlos para evitar que las uvas se aplasten por su propio peso y que el zumo que surge pueda oxidarse. Si resulta posible lo más idóneo es emplear cajas que no superen los 15 kg de capacidad, siendo oportuno recordar que la oxidación se produce por la reacción del oxígeno con los componentes del mosto o del vino y puede provocar variaciones en el color y en el aroma.
Este aspecto aumenta su importancia cuanto mayor sea la distancia entre el viñedo y la bodega y, también cuanto más elevadas sean las temperaturas. Por eso, uno de los antioxidantes más importantes utilizados en viticultura es el dióxido de azufre (SO2) cuyo uso está permitido por normativa comunitaria pero en muy bajas concentraciones para evitar sabores desagradables en el vino.
Otro método muy habitual de vaciado o descarga de la uva es el efectuado a través de cinta transportadora, ya sea de forma manual o automatizada, Aquí la descarga es más lenta y precisa de más mano de obra, pero permite que la uva llegue en muy buen estado al lugar de procesado para que los empleados verifiquen el buen estado de la uva, eliminando las uvas enfermas o en mal estado, así como las que todavía no están maduradas suficientemente.
A continuación se procede al despalillado, en el que las bayas se separan de los escobajos y, finalmente, se procede al estrujado, variando estos pasos según la variedad de uva, el prensado y la fermentación, hitos en el proceso de vinificación que exceden el contenido del tema y que se deja para otra ocasión.





 

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