3 de Septiembre 2014

La vendimia

Primera parte

La vendimia es como la “puesta en escena” y el momento álgido del ciclo biológico de la vid. Se trata del paso previo a la elaboración del vino y comienzo del proceso de vinificación, que consiste en la recolección del fruto -la uva- para su traslado a la bodega. Dependiendo de la latitud y la altitud, en el hemisferio norte la vendimia tiene lugar desde comienzos del mes agosto -las más tempranas- hasta el mes de octubre e incluso noviembre en algunas zonas vitivinícolas. En el hemisferio sur, el período de vendimia abarca, generalmente, desde el mes de febrero hasta finales del mes de abril o comienzo del mes de mayo.
Uno de los aspectos claves de la vendimia es ¿cómo decidir la fecha? ¿Cuál es el momento adecuado de maduración del fruto de la vid? Hasta no hace mucho tiempo el momento idóneo era el del equilibrio entre el azúcar y la acidez del fruto. En la actualidad, además de esos parámetros, se utilizan también otros como los métodos basados en los análisis del grado de taninos y antocianos que ofrece el fruto, también conocido como “madurez polifenólica”
La cata del propio grano de uva es muy importante para detectar esa madurez fenólica descrita en el párrafo anterior y, si cabe, todavía más importante es la cata de la parte leñosa, la de las pepitas. En  efecto, si se encuentran ya maduras no habrá ningún riesgo de cesión de notas herbáceas y vegetales durante las largas maceraciones que se  efectúan hoy en día para los vinos de elevada calidad. Pues bien, es a partir del momento en que todos estos parámetros nos indiquen que es el momento óptimo de madurez del fruto en todos los sentidos, cuando se produce la primera selección de la uva recogiéndose los racimos ya maduros y que no se encuentren dañados.
Los racimos de uva son retirados manualmente de la vid mediante tijeras o corquetes -utensilio con cuchilla cortante de mano empleado en la vendimia-, o de manera mecánica en el caso de viñas situadas en espaldera. En la retirada manual se depositan en grandes cestos que tras llenarse son volcados en tractores, para trasladarlos a la bodega. Para vinos de elevada calidad y selectos, la uva se recoge en pequeños cestos -no más de 10 kg- y se transporta en éstos hasta la bodega, para evitar que pueda aplastarse y comience la fermentación durante el transporte, de esta forma todo el proceso puede ser controlado en la bodega.
En todo caso, continúa abierto el debate entre partidarios y detractores de la vendimia mecánica y la manual. Lo cierto es que la vendimia mecanizada ha supuesto una eficaz reducción de costes, permitiendo recolectar la uva por la noche y realizar el trabajo asaz eficiente. Algunos claros inconvenientes o parte negativa de la vendimia mecanizada son los referentes a la agitación de la cepa, extremo que supone una cierta agresión a la planta; que la vendimia es más “sucia” en el sentido de que deja muchos restos vegetales entre los racimos que hay que despejar y, por supuesto, la circunstancia de que el viñedo se encuentre preparado para la maquinaria con las distancias y separaciones adecuadas entre hileras o filas de la viña.





 

.