España cuenta actualmente con 52 Reservas de la Biosfera (cuatro de ellas transfronterizas, tres con Portugal y una con Marruecos), lo que la convierte en el país del mundo con más áreas protegidas por este tipo de instrumentos internacionales, dentro del Programa Man and Biosphere (MaB).
El territorio de las Reservas de la Biosfera en España representa el 12 % de su superficie, es decir, 60.713 km2 sobre 505.944 km2 de superficie total. Estas cifras representan algo más de 6 millones de hectáreas en las que viven casi dos millones de personas, según datos del actual Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.
Las últimas Reservas de la Biosfera españolas aprobadas el 19 de junio de 2019, en la 31 sesión del Consejo Internacional de Coordinación del Programa MaB de la UNESCO, han sido las siguientes: Reservas de la Biosfera del Valle del Cabriel, Alto Turia y La Siberia; rezonificación de la Reserva de la Biosfera de Valles deOmaña y Luna; ampliación de la Reserva de la Biosfera de Menorca y la ampliación y cambio de nombre de la Reserva de la Biosfera de las Cuencas Altas de los ríos Manzanares, Lozoya y Guadarrama.
El Programa MaB sobre el Hombre y la Biosfera es un programa intergubernamental que busca establecer las bases científicas que forjen a largo plazo el mejoramiento de las relaciones entre las personas y sus medios.
Entre sus actividades se encuentran la investigación, formación, supervisión y educación sobre la biodiversidad, así como la búsqueda de la compensación y el equilibrio entre la responsabilidad de mantener la naturaleza y conservar la biodiversidad y la necesidad humana de utilizar los recursos naturales para mejorar el bienestar social y económico de las poblaciones.
Las Reservas de la Biosfera son zonas compuestas por ecosistemas terrestres, marinos y costeros, reconocidas por el Programa MaB de la UNESCO en las que se fomentan soluciones para conciliar la conservación de la biodiversidad con su uso sostenible, el desarrollo económico, la investigación y la educación.
En una Reserva de la Biosfera, la participación de la población local, de los agentes sociales y económicos, así como del sector científico, resulta fundamental por su carácter integrador. Todas las Reservas de la Biosfera constan de tres zonas relacionadas que cumplen tres funciones conexas, complementarias y que, además, se refuerzan mutuamente:
- Zona núcleo. Compuesta por un área determinada y legalmente protegida, que contribuye de forma preferente a la conservación de los paisajes, ecosistemas, especies y variaciones genéticas
- Zona tampón. Esta zona rodea la zona núcleo y en ella se realizan las actividades ecológicamente idóneas que son compatibles con la zona núcleo.
- Zona de transición. Se trata de un área dedicada a la promoción de un desarrollo económico y humano sostenible desde
Las propuestas de una nueva Reserva de la Biosfera corresponden al Gobierno de cada país, siendo éste el responsable de su buen funcionamiento y gestión a través de las entidades gestoras competentes en los territorios designados. Tres son las funciones complementarias que cumplen las Reservas de la Biosfera: conservación, desarrollo y apoyo logístico.