Como decíamos anteriormente para mejorar la biodiversidad en el viñedo, hay por cada grupo o especie de animal beneficioso, se asocian determinados elementos vegetales o de otra naturaleza que mejoran su presencia de forma directa o indirectamente. Estos son los grupos de elementos y sus efectos asociados:
Setos líneas o grupos de árboles, arbustos, herbáceas perennes y hierbas que crecen naturalmente o se plantan a lo largo de caminos, vallas, lindes u otras áreas no cultivadas. Los árboles diversifican y enriquecen el paisaje. Su presencia es muy importante en los setos o alrededores del viñedo, en la separación de parcelas y en zonas de ribera. Proporcionan hábitats relevantes para plantas y animales beneficiosos, propiciando y fomentando lugares de nidificación para diferentes especies de aves.
Tener especies arbóreas autóctonas o variedades regionales de árboles frutales, así como también dejar árboles muertos con huecos y cavidades es una buena práctica para promover la biodiversidad. Un ejemplo paradigmático es el del olivo como elemento esencial y clave del paisaje y la vegetación mediterránea y la agricultura de esta región debido a su interés alimentario. Este árbol ancho, redondeado, de tronco grueso, corteza gris agrietada y, generalmente tortuoso, alberga algunas especies de aves como mochuelos, lechuzas, alcaravanes, cernícalos, etcétera, así como dar sombra en verano a otras muchas aves
Por otra parte, los setos ayudan a reducir la erosión del suelo. Reducen los efectos perjudiciales del viento evitando, asimismo, la propagación de plantas exóticas invasoras y sirven también como barreras para evitar las derivas de plaguicidas.
-Cubiertas vegetales de vegetación, nativa o sembrada entre o en hileras de vid, que contribuye a la gestión racional y sostenible del cultivo ya que atrae organismos beneficiosos que se aprovechan de las especies plagas. Mejoran la fertilización del suelo, pueden reutilizarse como acolchado y contribuir a prevenir o reducir la erosión del suelo. En climas más áridos no sobreviven todo el año, pero es interesante tenerlas el máximo tiempo posible.
- Islas de vegetación Elementos muy importantes de conexión entre los principales hábitats (bosques, áreas de matorral) y viñedos, promoviendo la difusión de la biodiversidad en el área cultivada.
- Paredes de piedra seca y/o estructuras equivalentes. Al construir o restaurar muros de piedra se proporciona refugio a varias especies de aves, reptiles y algunos insectos beneficiosos. Además de muros de piedra, viejas minas, palomares o casas abandonadas son, también, infraestructuras muy importantes para murciélagos y aves.
- Bosques y áreas de matorral La proximidad de estos en los alrededores de los viñedos potenciará la presencia de varios organismos beneficios, pero también son importantes para proteger especies amenazadas. La vegetación de ribera, es decir, los árboles y arbustos cerca de los arroyos, también resultan de particular importancia para la biodiversidad, pudiendo complementarse estos elementos con el establecimiento de estructuras artificiales, como refugios para murciélagos y aves, etcétera.
-Plagas y especies invasoras. En general, si favorecemos y fomentamos el conjunto de elementos y acciones citadas anteriormente respecto a la flora y fauna, así como los hábitats para asegurar y fijar su presencia en el viñedo, el control ante las posibles plagas será más sencillo y gozará, posiblemente, de mayor éxito en el tiempo. Es cierto que si las plagas no se controlan en tiempo y forma, pueden llegar a colonizar todo el hábitat con el consiguiente desequilibrio del viñedo y el conjunto del agrosistema. Algunas de las plagas más relevantes del viñedo son las de la polilla de racimo o Lobesia, el mosquito verde, la cochinilla, la araña roja, la Erinosis de la vid, el Mildiu, el Oidio, la Yesca de la vid y la Filoxera.
En definitiva, se trata de fomentar y facilitar la biodiversidad por el viticultor en el entorno y en el propio viñedo para crear espacios que resulten beneficiosos para especies de animales, singularmente de insectos y aves, denominados hábitats seminaturales, corredores e infraestructuras ecológicas.

Madrid, 30 de Junio de 2021
J. Alfredo Gómez Pascual