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En una de las primeras escombreras que visitamos, se pueden   encontrar muestras de ocre sobre el que ha recrecido una fina capa de   goethita con bellas irisaciones metálicas. 
Para finalizar la jornada entramos a una de las pocas minas   lineales que nos permite comprobar la tremenda fragilidad de la   construcción, con tremendas grietas que van desde el techo hasta el   suelo. A unos 25 metros aproximadamente la galería vuelve a concluir en   un gigantesco pozo que impede la continuación. Una jornada de gran   interés y una minería distinta a la que estamos acostumbrados a ver y   que siempre supone una experiencia enriquecedora.