Septiembre 2013 / Abril 2014
Un pequeño y heterogéneo  grupo de siete personas, bajo la guía, dirección y tutoría de Fernando García  del Rio (Escuela Matritense del Vino), hemos sido los “corresponsables” de la vendimia, producción, elaboración y  embotellado de vinos artesanales blancos, tintos y rosados.
De la cepa a la mesa, hemos  obtenido un vino blanco monovarietal de uva Godello y un vino tinto y otro rosado, también monovarietales, de uva Syrah, cuyo resultado final después de  haberlos compartido ha conseguido una calificación general bastante buena,  destacando muy especialmente el blanco que, al decir, de todos cuantos lo han  degustado, sorprendió a propios extraños por su frescura, equilibrada acidez y  riqueza e intensidad aromática. El único lamento que me queda es no haber  puesto nombre y/o bautizado a cada uno de los vinos pero, seguro, la próxima  vez no omitiremos este detalle.
La crónica y el detalle cronológico  en los días sucesivos del iter –camino- seguido ha sido, más o menos, de la  forma siguiente:
                      • La fecha de la vendimia  se ha tomado, a la vista de la evolución de la maduración de las uvas, según su  grado de acidez, azúcares, polifenoles y aromas, así como la climatología de la  campaña y la fecha del envero en su ciclo biológico. También  se ha realizado un buen muestreo y, a pié de  viñedo, con el refractómetro se hicieron las oportunas mediciones del grado de  alcohol, recogiéndose en primer lugar, la uva blanca el día 15 de septiembre de  2013.
                      • En la recolección de la  uva se han evitado aquellos factores que pudieran incrementar la acción del  oxígeno sobre la uva, haciéndola perder color y aromas. La vendimia se ha  iniciado hacia las 8.00 horas, es decir, con luz natural y en las horas más  frescas del día, recogiéndose en pequeñas cestas de no más de 25 kg, teniendo  mucho cuidado en su transporte y limitando el tiempo entre el corte del racimo  y su encubado.
                      • La vendimia se la uva  blanca la llevamos a cabo el día 15 de septiembre, recogiendo un total de 940  kg según bascula de pesaje. Una vez cargada y transportada, procedimos a su  descarga vía tolva de recepción, eliminando el raspón o palillo del racimo  previo a la fermentación alcohólica (despalillado), con un proceso  independiente o simultáneo al estrujado de la uva, extrayendo el mosto mediante  el prensado con la separación de la partes sólidas y líquidas por métodos  mecánicos (proceso y momento que sólo se da en vinos blancos y rosados)
                      • Después de suprimir los  fangos por métodos mecánicos -a mano-, eliminando las gruesas turbiedades del  mosto con el fin de obtener una mayor calidad organoléptica, procedimos a echar  levaduras –hongos microscópicos- y hacer las correcciones necesarias al mosto  hasta el inicio de la fermentación alcohólica, con sus fases sucesivas de  inducción, fermentación tumultuosa y fermentación lenta, siendo apreciable de  forma física, exclusivamente, la fermentación tumultuosa.                      
                     
• Durante los días siguientes se fue controlando la evolución de la fermentación a través de las densidades, controles de temperatura, acidez, etcétera.
  •  A la vista de los parámetros expuestos en las  fechas previas a la vendimia para la uva blanca, idénticos para la uva tinta,  el día 22 de septiembre se inicio la misma, recogiendo un total de 1280 kg, 640  kg para la elaboración de vino tinto, y 640 kg para la elaboración de rosado,  recogiéndose, igualmente, en pequeñas cestas de no más de 25 kg, teniendo mucho  cuidado en su transporte y limitando el tiempo entre el corte del racimo y su  encubado.
  •  De igual forma que ya hiciéramos con la uva  blanca, con la uva tinta, una vez cargada y transportada, procedimos a su  descarga vía tolva de recepción, eliminando el raspón o palillo del racimo  previo a la fermentación alcohólica (despalillado), con un proceso  independiente o simultáneo al estrujado de la uva, extrayendo el mosto mediante  el prensado con la separación de la partes sólidas y líquidas por métodos  mecánicos (sólo para el vino rosado no para el tinto), procediendo al  control de la evolución de la fermentación  alcohólica para el vino rosado. Con la uva tinta se procedió a su encubado.
  •  En los días siguientes a la vendimia de la  uva tinta, se procedió al control de la evolución de la fermentación  alcohólica, aireando el mosto y liberando sustancias del hollejo -piel-  mediante las operaciones conocidas como bazuqueo y remontado (inmersión del denominado “sombrero” durante la fermentación y  riego del “sombrero” del depósito con  mosto o vino recirculado del mismo con bomba, respectivamente).
  •  Para airear, oxigenar y limpiar el vino tinto  se efectúo, una vez terminada la fermentación alcohólica, una labor de  trasiego, consistente en pasar el vino de un recipiente a otro, eliminando los  sedimentos muertos de las levaduras. La fermentación maloláctica o segunda  fermentación sólo se realizó para el vino tinto, transformándose el ácido  málico en ácido láctico, disminuyendo la acidez y mejorando la suavidad de los  vinos.
  •  Finalmente, en las semanas siguientes, se  procedió a clarificar y filtrar los vinos, limpiando los mismos por diversos  sistemas para su mayor brillantez y esterilización, y procediendo a su  embotellado como vinos jóvenes para su consumo en el año. Bajo los auspicios de  Baco, el resultado no sólo no ha defraudado sino que incluso podríamos  calificarlo de óptimo. Carpe Diem.