5 de Noviembre 2012

I+D+I en los vinos de Galicia

1ª parte

Galicia es una de las regiones que tiene el mayor número de variedades de vides del mundo. Además, sus vinos están de moda y la Misión Biológica de Galicia del CSIC –pionera en la colaboración entre bodegas y científicos en este territorio– ha logrado que investigadores y empresarios colaboren mano a mano.
Los resultados de estos trabajos colaborativos entre la Misión Biológica de Galicia y Terras Gauda se han publicado en numerosas revistas científicas.
Al llegar a O Rosal (Pontevedra), un enclave natural cerca de la desembocadura del río Miño, irrumpen en el paisaje la fauna y la flora autóctonas gallegas, en conjunción con eucaliptos, caballos salvajes y viñedos para la elaboración de albariño, un vino blanco que forma parte de la denominación de origen Rías Baixas.
En este lugar privilegiado se asentó Terras Gauda, una bodega popular por sus caldos y por ser la primera pyme vitivinícola gallega en traspasar la barrera empresarial y llevar la ciencia a sus vides.
La investigadora de la Misión Biológica de Galicia, Carmen Martínez, se desenvuelve entre sus viñedos con la misma soltura con la que su equipo investiga sobre levadura para potenciar la singularidad de estos vinos, que ya van por la tercera patente. La clave del éxito de este proyecto se fundamenta en el buen entendimiento entre las bodegas y los centros de investigación.
El resultado de esta fecunda colaboración ha sido la creación de una nueva patente en este año 2012 y que una de las investigadoras del equipo de Carmen Martínez ha podido finalizar su tesis en el centro y que otras dos magníficas doctoras que estaban en el extranjero retornasen a Galicia para trabajar en nuevos proyectos vitivinícolas.
El equipo dirigido por Martínez está formado por siete científicos, es el más numeroso de España en esta área y el que más tiempo lleva trabajando. “Suele haber muchos grupos de enología, pero la viticultura no es tan común porque la formación y los trabajos son más lentos, ya que dependen de las condiciones ambientales”, apunta la experta de la Misión Biológica de Galicia.
En este centro, emplazado dentro del Pazo de Gandarón de Pontevedra, se encuentra una colección de 100 variedades de vid recogidas entre Galicia y Asturias. La mitad son autóctonas, muchas desconocidas y no están incluidas en la lista española de variedades. “Hicimos una descripción ampelográfica de las cepas centenarias que íbamos encontrando, un estudio que duró cuatro años. También tenemos una selección de clones de algunas de las variedades de interés comercial, como el albariño, el caíño tinto y algunas otras”.

Entre estas variedades se encuentra el caíño blanco, que sorprendió a los científicos porque es una especie centenaria única, endémica de la zona de O Rosal y, de forma anecdótica, del norte de Portugal –donde se conoce por el nombre de caínho da Moreira–.
“Esta uva es una variedad tardía, con los riesgos que supone de supervivencia a las enfermedades y al clima, por lo que tendía a desaparecer al sustituirse por otras más resistentes”, asegura Emilio Rodríguez Canas, director técnico de Terras Gauda.


Fuente: SINC