4 Octubre 2012

La ciencia rescata los vinos de nuestros abuelos

2ª parte

La finca experimental de El Encín en Alcalá de Henares (Madrid), imitó la experiencia riojana, bajo la dirección de Félix Cabello, con el proyecto VIN 03-002-C6, financiado por el Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA). Consistió en una evaluación vitícola y enológica de 21 variedades de vid minoritarias en las comunidades de Andalucía, Aragón, Asturias, Galicia y Madrid, además de La Rioja, de las que se han comercializado ocho: Albillo Real, Moscatel de Grano Menudo, Malvar, Maturana Blanca, Tintilla de Rota, Malvasía de Sitges, Parraleta y Tempranillo Blanco.
La marca Ad Libitum ha conseguido una notable puntuación por el gurú Robert Parker, lo que se traduce en una buena acogida en el mercado. En la misma línea del efecto originado en La Rioja por estas investigaciones, el Consejo Regulador de los Vinos de Madrid ha incluido el Moscatel de Grano Menudo en sus variedades autorizadas. La D.O. Penedés ha hecho lo propio con la Malvasía de Sitges y la Tintilla de Rota ya es ‘legal’ en Andalucía. Estas decisiones redundan en la reconversión de sus viñedos para dejar sitio a las nuevas vides.
Los beneficios económicos, sociales y científicos de estos proyectos son una baza en favor de la investigación. "No nos dedicamos a estudiar el sexo de los ángeles. Nuestro objetivo es finalista. Solo en Madrid hay cinco bodegas trabajando con estas uvas recuperadas: cada una está vendiendo entre 50.000 y 100.000 botellas al año y han contratado cinco o seis personas en medio de una crisis económica mundial. Nuestro proyecto ha funcionado", resalta el director de Investigación del IMIDRA.
La moda de la uva vintage ha agrandado la colección ampelográfica que se guarda en la finca experimental de El Encín, gestionada por el IMIDRA y situada en Alcalá de Henares. La ‘biblioteca’ nacional de uvas posee actualmente 3.076 accesiones. La colección ha crecido desde 2003 en más de 300 vides silvestres y otras 50 entre minoritarias y uvas de mesa.
Cada año se localizan decenas de uvas aparentemente desconocidas. El procedimiento para hallar las realmente nuevas se inicia, como detalla Cabello, con el examen molecular de la cepa. El ADN de la planta se coteja con los datos de las variedades ya tipificadas y en muchas ocasiones se averigua que se trata de una mutación o de una sinonimia –una vid ya existente en otra zona del mundo pero conocida por otro nombre–.
Cuando se sospecha, a través del análisis genético, que se trata de una variedad desconocida o recuperada del olvido y hasta la fecha no catalogada, el estudio se completa con el examen ampelográfico: el especialista analiza las características morfológicas –hoja, sarmiento, fruto– y se compara con las registradas en las redes internacionales de colecciones de vid.
La llegada del regadío al Campo de Cartagena (Murcia) relegó el cultivo de la uva Meseguera a una actividad de agricultores nostálgicos que no se resignaban a dejar de beber su tradicional vino blanco en el bar de toda la vida. "Plantar lechugas era más rentable y esa reconversión casi hizo desaparecer esta variedad", recuerda Bernardo Martín, director de la Estación Experimental Agroalimentaria que posee la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT) en La Palma.
La jubilación de uno de esos nostálgicos hace cinco años inició una recuperación de este recurso fitogenético por los investigadores de la UPCT. Pero dieron un paso más y se lanzaron a la aventura de convertirse en viticultores y bodegueros. Así nació el blanco Tomás Ferro, en homenaje a un militar que donó su finca a la actividad docente cartagenera. Su aroma y su singularidad le hicieron merecedor de un sitio en las estanterías de El Corte Inglés de Cartagena desde la primera cosecha
Los buenos resultados de venta obtenidos gracias a este aval comercial animaron a Alejandro Pérez, director de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica de la UPCT, a proponer a Pedro Antonio Albaladejo, alumno y enólogo, la creación de una spin-off dedicada a la venta y distribución del Tomás Ferro. Y también funcionó. Martín y sus colegas se sienten orgullosos de una experiencia que no solo ha salvado a la Meseguera de la extinción, ha abierto vías de financiación y ya ha levantado el interés de distribuidores internacionales.

 

Fuente: SINC