12 de Mayo 2014
La reconversión del Viñedo de Jerez
Primera parte
El viñedo como paisaje característico participa activamente en la imagen de Jerez en el mundo, gracias a su extraordinario y singular valor paisajístico, económico, productivo, enológico, arquitectónico e histórico, siendo la vid, dentro del rico patrimonio cultural gaditano, una de las señas de identidad de la campiña jerezana.
Por ello, y siendo la viña y el vino el más importante activo de Jerez, y la actividad vitivinícola el pilar fundamental de la historia de su campiña, el Ayuntamiento de Jerez ha presentado un Plan de Promoción del Viñedo con el objetivo de rehabilitar, reconvertir, recuperar y reutilizar el patrimonio ya existente de las casas de viña, bodegas, lagares, cortijos y caseríos para transformarlos en pequeños hoteles con encanto, casas rurales, hospederías, restaurantes, centros ecuestres, granjas escuelas y pequeñas bodegas de elaboración artesanas del vino.
El Ayuntamiento de Jerez, impulsor del proyecto, establece el marco legal adecuado para desarrollar y promocionar institucionalmente el plan pero la iniciativa privada es quien debe financiar toda la recuperación del viñedo y de su entorno.
La dimensión de la viña jerezana también favorece el éxito del plan. En el Marco no hay fincas de grandes dimensiones. La mayoría miden de cinco a diez hectáreas y los responsables de la mayoría de las organizaciones agrarias, tanto empresariales como de trabajadores, consideran que es un tamaño factible para iniciar la inversión y para que los emprendedores que no tienen tierras puedan animarse a comprar.
Algunos de los elementos negativos más preocupantes de los últimos años han sido los siguientes: pérdida de cultivo de viñedos; grave crisis industrial de la provincia con sucesivos planes de arranque de viñas; pérdidas de miles de puestos de trabajo en el sector con grave deterioro del patrimonio enológico, bodegas y casas de viñas; apertura de caminos y vías que no han respetado la alineación de las viñas e irrupción de actividades agresivas y destructoras del entorno (chabolismo y furtivismo de fin de semana, escombreras, etcétera).
Se trata, pues, de establecer una serie de estrategias con la finalidad de reconocer expresa, activa y singularmente el viñedo como paisaje singular y único, en un espacio donde, además, se desarrolla una parte fundamental de la actividad económica de Jerez, el vino, protegiendo y promocionando todo un patrimonio natural, arquitectónico y paisajístico de gran valor y singularidad, con verdaderas potencialidades de desarrollos futuros.
De esta manera, y aprovechando la riqueza del conjunto de elementos disponibles en todos los órdenes, se dinamiza el ámbito rural como motor económico de la zona, turístico y ambiental, promoviendo la conservación y protección de todos los valores en juego del ámbito rural y de la campiña jerezana, a imagen y semejanza del estilo de St.Emilion en Burdeos, las terrazas del Duero en Portugal, la Isla del Pico en Las Azores, Napa Valley en California o La Toscana de Italia.
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