Si cualquier momento del año es bueno para visitar alguna de las tiendas de vino centenarias que hay en Madrid, durante el tiempo de Navidad resulta especialmente gratificante entrar en alguno de esos acogedores establecimientos que, gustan por igual a distintas generaciones de visitantes, donde sus estanterías te sorprenderán por la variedad de sus vinos, por las variedades de uva, por la riqueza de sus zonas vitivinícolas, por su aire entre romántico y bohemio y, por supuesto, por la historia, la singularidad y la pasión que transmiten sus propietarios. En estos sitios puedes descubrir algunas leyendas, anécdotas y singularidades en torno a la tradición del mundo del vino que sólo podrán revelarte sus propietarios, con su trato hospitalario en un ambiente acogedor, cercano y estimulante que se convertirá en un auténtico acontecimiento. El primer establecimiento elegido, y uno de los más emblemáticos de la capital, es el de Vinos y Licores Mariano Madrueño. Este establecimiento se fundó en 1895, siendo la licorería más antigua de Madrid, ubicada actualmente en la calle Calatrava número 19. Su primer titular, Mariano Madrueño, lo estableció como Destilería de Anisados, licores y jarabes con bodegas y elaboración de vermut y vinos generosos en el hoy barrio de Villaverde, comercializando exclusivamente sus marcas. Después de la Guerra Civil española, la segunda generación (también con el mismo nombre de Mariano Madrueño) se hace cargo de la empresa manteniendo las Destilerías, aunque incorpora marcas ajenas y algunos vinos de bodegas riojanas en la venta al público. Con la tercera generación de Mariano Madrueño, y aunque se mantiene la fábrica de licores y jarabes,se inicia una difícil transición hacia la comercialización de vinos y cavas nacionales, cerrándose en 1999 la fábrica de licores. En la actualidad, con la cuarta generación, la empresa comercializa una rigurosa selección de vinos de las diferentes zonas vitivinícolas de España, contando con una bodega subterránea donde se guardan, mantienen y envejecen, a temperatura constante, los vinos, representando uno de los establecimientos centenarios especializados en destilados de todo el mundo. El segundo establecimiento centenario es el de Vinos y Licores María Cabello, ubicado en la calle Echegaray 19, de Madrid. Fundado en 1902 por Marcelino Pérez, fue originariamente una tienda de ultramarinos y venta de vinos. El establecimiento fue anteriormente la panadería de una palacio que conserva, de entonces, un fresco de dos mujeres segando el trigo. El propietario actual, David Cabello, ofrece sus vinos y destilados a una clientela heterogénea incluyendo público selecto que sabe lo que quiere y busca calidad sin importarle el precio hasta clientes aficionados en busca de novedades pues, semanalmente, suelen incorporarse 3 ó 4 referencias nuevas de vinos. El tercer y último establecimiento seleccionado es Bodegas Cuesta, situado en la Avenida de Menéndez Pelayo 105, también de Madrid. Fundado en 1936 por la Familia Cuesta, poseían viñedos en Tomelloso y comercializaban sus vinos a granel en Madrid, mediante tinajas de barro ubicadas en el sótano de la tienda. Terminada la contienda civil española, su propietario, Juan Cuesta, logró mantener y fidelizar a un buen número de clientes que se dejaban guiar por sus admoniciones. Desde 2011, la bodega ha pasado a manos de Sergio Sansegundo, haciendo, hoy como ayer, un lugar muy especial para el aficionado interesado en descubrir vinos de algunas bodegas poco o nada conocidas, impulsando de esta forma las elaboraciones de pequeñas bodegas y viticultores, con la presentación y promoción en el sótano de nuevos vinos y eventos relacionados con el mundo del vino. Su clientela responde a una tipología muy amplia de clientes que, eso si, convergen en un punto en común: catar, experimentar y aprender más y más del vino.