OCTUBRE 2017
Cambio climático y estrategia de adaptación en la costa española - Segunda parte
11 Octubre 2017
Para conseguir los dos objetivos de la Estrategia Española se establecen una serie de reglas que han de guiar el proceso de la evaluación ambiental de la misma, destacando las siguientes:
►Utilización racional, sostenible y equilibrada del territorio y los recursos naturales para preservar la biodiversidad
►Empleo de medidas y actividades que supongan un menor consumo de energía, impulsando las energías renovables
►Contribuir a preservar el buen estado ambiental de las aguas marinas, las aguas superficiales y subterráneas, así como a la reducción de la contaminación atmosférica y las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI)
►Reducir la erosión motivada por circunstancias antrópicas (derivadas de la actividad directa o indirecta del ser humano)
►Evitar la alteración de los ecosistemas y hábitats naturales de flora y fauna, preservando su conservación y funcionalidad y evitando su fragmentación para
►Priorizar la conservación de las especies españolas endémicas, evitando la introducción o proliferación de especies de flora y fauna exóticas invasoras
►Preservar los valores geomorfológicos, paisajísticos y característicos propios del paisaje litoral, fomentando medidas de protectoras del patrimonio cultural y evitando la construcción de nuevas infraestructuras y desarrollos urbanos en la franja costero-litoral.
Para situarnos en el análisis de las zonas costeras en España, es necesario partir de los datos que configuran la misma, tanto a nivel geográfico, como del litoral, ecosistemas, vertientes de costa y organizativo. De manera muy resumida, a nivel geográfico tres son los ámbitos posibles: terrestre, marino e intermareal (entre los límites de la bajamar y la pleamar). A nivel de litoral, la configuración de los sistemas naturales constituye áreas de transición entre los sistemas terrestres y los marinos. Se trata de las denominadas fronteras ecológicas caracterizadas por intercambios de materia y energía, que pueden originar dos tipos de costa diferente: la costa de erosión propia de los ecosistemas de acantilados y la costa de sedimentación, referidas a zonas de playa, arenales y humedales costeros. Dos tipos de costa que aportan cada una de ellas su singularidad en valores paisajísticos, geomorfológicos y socioeconómicos distintivos (costa Cantábrica, Canarias, Doñana en la desembocadura del río Guadalquivir o el Delta del Ebro e Tarragona entre otros muchos ejemplos).
La distinción aludida anteriormente también se manifiesta en los fondos marinos que pueden ser de tipo rocoso o arenoso al igual que en la costa (Parque Nacional Marítimo-Terrestre de las Islas Atlánticas en Galicia, Rías Baixas, y Golfo de Cádiz). La heterogeneidad de ecosistemas se ve todavía más acentuada por las destacadas diferencias existentes entre las vertientes mediterráneas, atlántica y macaronésica (archipiélago de las Islas Canarias).
Por último, a nivel de organización administrativa, 10 Comunidades Autónomas tienen parte de su territorio ubicado en el litoral, con 24 provincias y casi 500 municipios costeros. De las 10 Comunidades Autónomas, 8 son peninsulares y 2 insulares (archipiélagos balear y canario), a las que se añaden las Ciudades Autónomas de Ceuta y Melilla, con una longitud total de costa de 7.883 km, de aguas interiores de 14.395 km2 y de superficie terrestre de 218.656 km2.