OCTUBRE 2017
Enoturismo y Agroturismo como agentes activos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible- Primera parte
18 Octubre 2017
El turismo enograstronómico y el agroturismo, modalidades específicas del turismo convencional, toman como referencia las características del espacio en que estos se desarrollan, pudiendo participar de forma activa en las actividades productivas del sector primario y secundario.
El dinamismo y la diversificación constante del turismo convencional y su tipología resulta en la actualidad uno de los sectores económicos más influyentes en el mundo, con un potencial inmenso para ser uno de los impulsores fundamentales en la aplicación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas para la Agenda 2030.
En este sentido, y trasladando al ámbito del turismo enogastronómico y agroturismo los criterios y consecuencias de los ODS con el horizonte temporal de 2030, puede presentarse una estrategia escalonada en su grado de cumplimiento para dar a conocer la posibilidad de disfrutar de experiencias y productos enogastronómicos y agroturísticos singulares y esencialmente sostenibles.
En relación con los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas para 2030, veremos como interactúan estas actividades turísticas en cada uno de los objetivos que podemos clasificar en tres grandes áreas:
A) Área social y económica a través de los objetivos uno a cinco, ocho y diez.
B) Área de patrimonio, recursos, medio ambiente y clima, a través de los objetivos, seis, siete, nueve y once a quince.
C) Área de gobernanza por la sostenibilidad, a través de los objetivos dieciséis y diecisiete.
A) Área social y económica
Objetivo 1.- Crecimiento económico inclusivo y erradicación de la pobreza
El turismo enogastronómico y el agroturismo, especialmente el primero, se encuentran en una muy buena y aventajada posición para fomentar el crecimiento económico y el desarrollo a todos los niveles, tanto en el ámbito urbano como en el rural.
Cualquier empresa o actividad turística, al margen de su tamaño, puede y debe propiciar un desarrollo turístico inclusivo, potenciando su capacidad de movilizar recursos de cualquier naturaleza para erradicar la pobreza, la protección social y, en particular, dirigir sus acciones en el mercado rural con especial hincapié hacia mujeres y jóvenes como sectores fundamentales para fijar población.
Además, estas actividades turísticas y el turismo en todas sus modalidades y tipologías, es una de las opciones de cooperación al desarrollo económico más visible y sostenible para contribuir a atenuar la pobreza mediante la entrada de divisas y recursos económicos.
Objetivo 2.- Seguridad y calidad alimentaria
El agroturismo, el turismo rural y el turismo enogastronómico, entre otros, impulsan la productividad agrícola y ganadera promocionando la producción, uso y venta de productos locales en los destinos turísticos, así como favoreciendo su integración en la cadena de valor a través de la población más vulnerable, suprimiendo o atenuando algunos elementos distorsionadores en la cadena de distribución alimentaria (proveedores > productores y transformadores > clientes).
A su vez, resulta imprescindible el compromiso con la utilización responsable, respetuosa y óptima del aprovechamiento sostenible de los recursos naturales, reforzando la seguridad y trazabilidad de toda la cadena alimentaria, promoviendo la agricultura y ganadería sostenible y extensiva, y afianzando una producción y consumo más responsable.
Objetivo 3.- Seguridad, salud y bienestar
La contribución del agroturismo y el turismo enogastronómico tiene un efecto colateral evidente en la seguridad, salud y bienestar de las personas en los ámbitos urbanos y rurales, comportándose el turismo como un vector transmisor de nuevas ideas, costumbres y formas de vida, especialmente en entornos rurales. De esta forma se fortalece y consolida un turismo saludable que garantiza el bienestar, mutuo y recíproco, de turistas y población de acogida.
Objetivo 4.- Educación y formación inclusiva y de calidad
El desarrollo de un turismo de calidad y sostenible requiere, sin duda, de la más elevada cualificación y profesionalidad de todos sus operadores. A través del conjunto de actuaciones turísticas se proporcionan incentivos para invertir en educación y formación profesional (especialmente en el medio rural para jóvenes, mujeres, personas mayores, etcétera). Por tanto, son las empresas turísticas que operan en el medio rural principalmente las que deben asegurar una formación turística inclusiva y de calidad, garantizando la adquisición de competencias técnicas y profesionales para el acceso a un empleo digno y de calidad en sus entornos.